Esta terapia novedosa desde hace años, consiste en una técnica de tratamiento que utiliza una luz brillante para simular la luz natural y ayudar a regular el reloj biológico del cuerpo, lo que puede ser útil para las personas que tienen dificultades para dormir o mantener un horario regular. La teoría detrás de la terapia de luz para la depresión es que la exposición a una luz brillante puede regular los niveles de serotonina y otros neurotransmisores en el cerebro, mejorando el estado de ánimo y reduciendo los síntomas depresivos.
Existen datos que reflejan este fenómeno como los estudios realizados en la Universidad de Southampton en Inglaterra, los cuales indican que la gran mayoría de los adultos, alrededor del 90%, experimentan alteraciones leves en su estado de ánimo, nivel de energía y patrones de sueño cuando hay cambios estacionales.
Los receptores de vitamina D están presentes en gran parte de nuestro tejido cerebral y ayudan en el desarrollo de las neuronas en el cerebro. Si estos receptores no funcionan adecuadamente, puede afectar la función general del cerebro y tener un impacto negativo en nuestra salud mental.
El método consiste en someterse a la luz brillante emitida por una lámpara de fototerapia, que imita la luz natural exterior. La lámpara de fototerapia utiliza tecnología LED para emitir una luz brillante con una alta concentración de fotones, cuya intensidad se mide en lux. Esta luz tiene una intensidad de entre 5000 y 10.000 lux, lo que se asemeja a la luminosidad que se experimenta en verano. En contraposición, la luz tenue del invierno solo tiene alrededor de 500 lux.
Así, durante esta exposición, se activan las sustancias químicas en el cerebro relacionadas con el estado de ánimo y el sueño, lo que lleva a aliviar los síntomas del trastorno afectivo estacional o de la depresión más resistente.
Fotografía ofredida por Joshua Sortino en Unsplash.